la familia como
el núcleo de la sociedad
La familia es el núcleo de la sociedad humana y la vida familiar el lugar primario en que se desarrollan los valores y capacidades esenciales para la mejora de la sociedad. La educación moral y espiritual de los niños y niñas adquiere así una importancia vital en un mundo en el que la alegría y la inocencia de la infancia pueden verse tan fácilmente abrumadas por el materialismo.
El ideal es el de una familia que cultiva una relación amorosa y respetuosa entre todos sus componentes, y que promueve los principios de la consulta y armonía en la toma de decisiones.
Las enseñanzas bahá’ís subrayan la importancia de la educación de las mujeres y de las niñas, principalmente porque es a través de las madres la forma más efectiva y rápida que los beneficios del conocimiento adquirido pueden difundirse a la sociedad.
En última instancia, la meta es que los niños y niñas crezcan cada vez más libres de toda forma de prejuicio, reconociendo la unidad de la humanidad y apreciando la nobleza innata y la dignidad de todo ser humano. Bahá’u’lláh nos emplaza a considerarnos los unos a los otros como «los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama». Inspirados por esta visión, la comunidad bahá’í, en colaboración con vecinos, amigos y entidades, se comprometen a crear programas destinados a la educación espiritual de los niños y niñas.
la educación de
niños y niñas
El programa de clases para niños y niñas tiene el propósito de contribuir al desarrollo de cualidades espirituales o virtudes humanas – tales como el amor, la generosidad, la compasión, la justicia o la veracidad- y de ayudarles a construir un carácter noble y recto.
Sabemos que los niños y las niñas son el tesoro de cualquier comunidad, y que atender a su educación tanto a nivel intelectual como espiritual es una tarea sagrada. Bahá’u’lláh dice: “Considerad al ser humano como una mina rica en gemas de valor inestimable. Solamente la educación puede hacerle revelar sus tesoros, y permitir a la humanidad beneficiarse de ellos.”
Estas clases están dirigidas a toda la comunidad, independientemente de su ideología, creencia o cultura. Se trata de ayudar a los más pequeños a descubrir y cultivar las virtudes humanas por medio de una metodología que combina oraciones que inspiran el alma, canciones animadas, memorización de citas, narración de historias, arte y juegos.
El currículum del programa atiende a las diferentes edades que hay entre los 5 y los 11 años de edad. A lo largo del currículum, aprenden también acerca de hábitos tales como: ser un buen amigo, buscar el conocimiento o aprender a vivir en armonía con los demás. También aprenden acerca de los diferentes Educadores Divinos que forman parte de la historia -Moisés, Buda, Jesucristo, Muhammad, Bahá’u’lláh…- y cómo Sus enseñanzas son una guía para la humanidad.
Un espacio de jóvenes y/o adultos donde se capacitan y se ponen en marcha actos de servicio
Despertar en los prejóvenes su propio potencial, encauzar sus energías y desarrollar sus talentos